El uso de las aguas termales se remonta a la época romana, como atestigua un ara votiva hallada y conservada en el Balneario. Los vestigios constructivos más antiguos datan de 1903. Hoy se cuenta con modernas instalaciones termales y hoteleras. El manantial emerge a una temperatura constante de 48 grados C, arrastrando en su ascensión componentes gaseosos y minerales. Las aguas son sulfurado sódicas, sulfhídricas. Fueron declaradas de utilidad pública por Real Orden con fecha 14 de julio de 1905.